La palabra migración quiere decir pasar de un país a otro, para establecerse en él. La persona que sale de su país es un emigrante; al radicarse en otro, allí se convierte en inmigrante,
Hay animales, especialmente aves, que viven siempre viajando, y son las llamadas especies migratorias. También hay hombres y pueblos enteros que parecen tener gusto especial por los viajes, aunque realmente van de un lugar a otro por necesidad o conveniencia, en busca de mejores tierras o climas.
Las grandes migraciones de tribus y de pueblos forman una parte importante de la historia, pero el problema ha cambiado mucho desde los tiempos remotos hasta la época presente. El hombre primitivo, en grupos pequeños o grandes, viajaba al azar, según lo guiaba su necesidad de cazador, pescador o agricultor ocasional. No se conocían más fronteras que las fijadas por la naturaleza con ríos, montañas y mares.
Con el tiempo, al surgir la agricultura permanente y al crearse ciudades, estados y naciones, los emigrantes encontraban la resistencia o la hostilidad de los grupos previamente establecidos. Así se provocaron guerras, invasiones y matanzas. Más tarde, el mundo se dividió en muchas naciones, y las fronteras fueron cada día más rigurosas y fijas.
El movimiento migratorio más importante de los tiempos modernos empezó con el descubrimiento de América. Las tierras del Nuevo Mundo atrajeron y siguen atrayendo a millones de emigrantes europeos.