Todos hemos visto alguna fotografía de las secuoyas de California, cuyo tronco es tan grueso que sería posible hacer pasar una carretera a través de algunas de ellas. Estos árboles, en efecto, alcanzan a medir
hasta 12 m de diámetro y cerca de 140 m de altura. Es difícil conocer su edad con exactitud. Para esto hay que llegar al corazón del árbol y saber si ha desaparecido; gracias a la prueba del carbono 14 se ha podido calcular la edad de algunos de los más grandes, que oscila entre los 4 y 5 000 años. Existen otras plantas espectaculares: en México, por ejemplo, se conoce el Taxadium mucronatum, que es una especie de ciprés pelón, cuyo tronco alcanza 18 m de diámetro. Este árbol, que tiene forma un tanto redondeada, no alcanza la altura de las secuoyas. Por otro lado, en la costa occidental de Estados Unidos, en el estado de Oregon, encontramos bosques de coniferas, constituidos principalmente por Abies grandis, que alcanza alturas de casi 100 m, sin embargo, su tronco es mucho más delgado que el de la secuoya. Parece ser que un Eucalyptus de Tasmania, que fue cortado hace ya algunas décadas, tenía el récord de altitud, pues medía 140 m. Entre las plantas más antiguas que se conocen están los dragos de las Islas Canarias, que se piensa tienen entre 4 y 5 000 años de edad, sin embargo su altura no pasa de algunos metros; éste es también el caso de los antiguos baobabs africanos, cuya edad no es posible precisar, ya que son huecos.
En Francia parece ser que los árboles más longevos son los tilos (algunos rebasan los 500 años) y los tejos. En cuanto al récord de longitud (pues en este caso no puede hablarse de altura) tenemos el de la rota, un bejuco cuyo tallo alcanza 300 m de largo y que por su gran flexibilidad se utiliza para fabricar muebles de jardín.