80 años después de encontrar la tumba de Tutankamón en el Valle de los Reyes (Egipto), un equipo de arqueólogos estadounidenses y egipcios han completado la excavación de esa primera estancia mortuoria. Con las cámaras de televisión como testigo, Zahi Hawas, secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto, abrió el último de los siete sarcófagos que fueron encontrados no hace mucho en la cámara. Ante la mirada atónita de los allí presentes, lo que se encontró en la tumba no fue una momia, como todos esperaban, sino una guirnalda de flores con más de 3.000 años de antigüedad, además de varios collares pertenecientes a la realeza. La cercanía de la séptima cámara con el sepulcro en el que fueron hallados los restos del faraón Tutankhamon, hizo suponer al equipo de investigación que encontrarían nuevas momias. Tras la decepción inicial, los miembros del equipo examinaron con minuciosidad la cámara y su interior, encontrando materiales utilizados en el proceso de momificación, como sal de natrón y resina. Al final de la dura jornada de trabajo, muchos declararon estar satisfechos por las óptimas condiciones en que se encontró la cámara mortuoria.