Para ser músico o cantante hay que tener un oído fino y sensible. Es necesario reconocer las notas musicales y distinguir las notas buenas de las notas falsas. Es un don natural. Todo el mundo tiene oídos, pero no necesariamente «oído».
Esta expresión se aplica a una persona particularmente sensible para la música y que es capaz de reproducir sonidos musicales con exactitud y facilidad, bien sea cantando, bien sea tocando un instrumento musical.