La Ilíada pertenece a la época más antigua de la cultura griega; sus diferentes partes, o rapsodias, se recitaban con acompañamiento de música en casi todas las fiestas y ceremonias.
Uno de los méritos, y no el menor, de esta obra inmortal, estriba en que describe con un soberbio estilo literario y con gran vivacidad las virtudes y los defectos de sus personajes, que han quedado para siempre como símbolos o arquetipos. Así, por ejemplo, Ulises simboliza al hombre sagaz o astuto; Aquiles, al valeroso; Ayax, al fuerte; Néstor, al prudente; Héctor es el inflexible; Patroclo, el amigo fiel.