Los fósiles son las partes más duras de plantas y animales prehistóricos, como los dinosaurios, que se convirtieron en piedra en el transcurso de millones de años. Los más comunes son los de dientes, huesos y conchas. Pero huellas de dinosaurios, huevos y nidos, también han sido hallados como fósiles. Los fósiles ayudan a los científicos a saber cómo era la Tierra hace millones de años. En realidad, es el único registro de su historia más temprana.
Las oportunidades para que se forme un fósil son pocas. Cuando un dinosaurio murió, las partes blandas del cuerpo se pudrieron y quedaron las duras. Estas se fueron cubriendo de arena y barro. Gradualmente, los huesos fueron reemplazados por minerales y los convirtieron en piedras. Muchos fósiles se encuentran en rocas sedimentarias, como caliza y arenisca. Cuando estas rocas alcanzan la superficie de la Tierra, se desgastan por la acción del clima y así aparecen los fósiles.