A las personas que hablan cualquiera de las diversas lenguas teutónicas (inglés, alemán, holandés, flamenco y las diversas escandinavas), se las agrupa con razón como teutones, aunque el nombre se aplica generalmente y de un modo más restringido a las gentes que integran el pueblo de Alemania.
Las primeras noticias que existen de ellos se deben al focense Pytheas, que en el siglo IV a. de C., encontró a este pueblo a orillas del Báltico. La expresión invasiones teutónicas se aplica frecuentemente a las incursiones de los pueblos germánicos ocurridas entre los siglos IV y IX, que produjeron graves quebrantos al Imperio Romano en Occidente y fueron la causa de la constitución de las naciones de la Europa occidental, distribuidas de un modo muy semejante a como se encuentran hoy.
Esta denominación era peculiar de una antigua tribu alemana que habitaba al norte del Elba, la cual apareció por primera vez en la historia de Europa junto a los cimbrios alrededor del año 300 a. de C. El 113 a. de C., invadieron la Galia y sembraron el terror entre los súbditos del Imperio Romano, pero fueron aniquilados al año siguiente por las legiones de Roma, acaudilladas por Mario.