No se sabe bien cuándo, aunque debió de ser en los primeros siglos de nuestra Era, un anónimo hindú, sin duda aficionado a las matemáticas (ciencia que por entonces estaba mucho más avanzada en Oriente que en Occidente), ideó un signo que equivalía al vacío o a la ausencia de una cifra en el orden de numeración. Era el cero. El símbolo cero fue un invento trascendental para la numeración; su utilización dio uniformidad a la representación de cualquier número y simplificó el cálculo. Y, sobre todo, el cero permitió que se utilizara como operador, puesto que cada cero, colocado a la derecha de un número cualquiera, permite multiplicar éste por diez instantáneamente. Desde la aparición del cero todos los números naturales pueden expresarse con sólo diez signos. Las consecuencias del empleo de la numeración decimal fueron gigantescas. El cero fue el instrumento que permitió conquistar el cálculo; y el cálculo estuvo en el origen del desarrollo de la ciencia, del comercio y de la industria modernos. Hoy nos parece mentira, estando tan familiarizados con él, que el invento hindú tardara unos mil años en ser adoptado por Occidente, donde aún en el Renacimiento se seguía fomentando el uso de la numeración romana desde las mismas universidades.
¿Quién inventó la numeración de diez signos?
No se sabe bien cuándo, aunque debió de ser en los primeros siglos de nuestra Era, un anónimo hindú, sin duda aficionado a las matemáticas (ciencia que por entonces estaba mucho más avanzada en Oriente que en Occidente), ideó un signo que equivalía al vacío o a la ausencia de una cifra en el orden de numeración. Era el cero. El símbolo cero fue un invento trascendental para la numeración; su utilización dio uniformidad a la representación de cualquier número y simplificó el cálculo. Y, sobre todo, el cero permitió que se utilizara como operador, puesto que cada cero, colocado a la derecha de un número cualquiera, permite multiplicar éste por diez instantáneamente. Desde la aparición del cero todos los números naturales pueden expresarse con sólo diez signos. Las consecuencias del empleo de la numeración decimal fueron gigantescas. El cero fue el instrumento que permitió conquistar el cálculo; y el cálculo estuvo en el origen del desarrollo de la ciencia, del comercio y de la industria modernos. Hoy nos parece mentira, estando tan familiarizados con él, que el invento hindú tardara unos mil años en ser adoptado por Occidente, donde aún en el Renacimiento se seguía fomentando el uso de la numeración romana desde las mismas universidades.