Pocos hombres de los tiempos modernos han tenido tanta influencia sobre el pensamiento del mundo como León Tolstoi. Sus novelas son modelos vivos de vigor y de realismo, y sus ideas sociales han irradiado a todas las partes del mundo.
Nació en 1828 en Yasnaia Poliana, Tula; fue el quinto hijo de una familia noble de Rusia. En su libro Infancia, cuenta los recuerdos de su vida en el campo, de cómo aprendió a montar a caballo y de cómo trató de volar saltando desde la ventana de un segundo piso. Ya desde la escuela, en Moscú, anunciaba una despierta inteligencia y un profundo talento. Su tutor decía: "Este chico tiene inteligencia; es un pequeño Moliere". Pero el joven tenía cualidades superiores: no era un muchacho simplemente listo. Ya en sus primeros años, buscó la verdad por medio de toda clase de especulaciones.
Desgraciadamente para su propia paz interior, tenía otro aspecto de su naturaleza que era igualmente fuerte. Tolstoi gustaba de los placeres de todas clases: el baile, las fiestas, la bebida, las alegres compañías; en otras palabras, era como todos los otros jóvenes rusos nobles de su tiempo, más o menos disipados. Parece que fue un viaje al Cáucaso lo que lo hizo volver sobre sus pasos, y en 1852, ingresó en el Ejército. El gran cúmulo de placeres que había gustado lo decidió a escribir algunos de los pensamientos e ideas que atormentaban su alma. Infancia fue la primera de una serie de obras que publicó en los dos años siguientes.
En 1854, fue como oficial a la Guerra de Crimea; allí, su experiencia le proporcionó un gran acopio de materiales. Su Sebastopol pone de manifiesto, no sólo la gloria, sino también el horror de la guerra. Sus campañas le proporcionaron el material para su historia de la invasión napoleónica de Rusia en La guerra y la paz. Varias otras novelas aparecieron en el curso de los años siguientes, entre otras, Ana Karenina, quizás su mejor producción.
Aunque León Tolstoi fue aclamado como un gran escritor, hubo muchas razones por las cuales la fama no lo satisfizo. Ya en sus años mozos, trató de remediar el terrible estado de pobreza y de miseria de los campesinos rusos; había enseñado en una escuela y tratado de enviar un mensaje al mundo por medio de su producción literaria; pero la rigidez de la censura lo contuvo; fue excluido en su ancianidad de la Iglesia Rusa Ortodoxa, que para él, no expresaba las verdaderas enseñanzas del cristianismo. Si no hubiera sido por el amor y la veneración que el pueblo le tenía, hubiera sido seguramente desterrado a causa del sentido profundamente liberal de sus escritos.
RETIRO
En 1891, Tolstoi había resumido y sintetizado sus creencias de la siguiente forma: ser perfectamente puro; ser perfectamente libre; nunca jurar; nunca usar de la violencia para la protección de uno mismo o de los otros, ni aun contra un animal; hacer bien a los propios enemigos. Llevar a cabo tal norma de vida sería imposible en una sociedad constituida como lo está actualmente, pero Tolstoi, con su acostumbrado fervor, trató de poner en práctica sus creencias. Para ganarse la vida, hacía zapatos y vivía tan humildemente como un campesino, después de dividir sus bienes entre los miembros de su familia. Durante este período, escribió vibrantes artículos en los que exponía sus opiniones. El reino de Dios está en ti fue enviado a América e Inglaterra, donde se publicó; en Rusia, fue prohibido.
Murió en 1910, llorado por todo el mundo. Muchos no estaban de acuerdo con él, y sin embargo, aun sobre ellos ejercía gran influjo. Sus obras son en gran parte la revelación del alma de la Rusia de fines del siglo XIX. Dan a conocer su idealismo, su puerilidad, su depresión y exaltación, su misticismo y celo militante, unido al horror de la guerra y de la fuerza, y su preocupación por el valor humano, en medio de la brutal y envilecedora autocracia. Tolstoi nos ayudó a comprender a la nación que en ocho años había de precipitarse de la férula del zar a la dictadura del proletariado (1917-1918).
Con Dostoiewski, forma una de las parejas nacionales más gloriosas de la literatura universal.
Sus principales obras son: Sebastopol (1855); La guerra y la paz (1864); Ana Karenina (1875); Mis Confesiones (1882); La sonata a Krewtzer (1890); Los Evangelios (1890); Iglesia y Estado (1891); El reino de Dios está en ti (1892); Amo y criado (1897); Resurrección (1899); El Demonio y El misterio de Fedor Kwzmitch (póstumas).