A través de la piel podemos tocar y sentir las cosas que nos rodean. Podemos percibir diferentes texturas, suaves o rugosas, calor, frío y dolor. Además, la piel protege los órganos internos y ayuda a controlar la temperatura del cuerpo.
La piel se compone de dos capas. La epidermis es la más externa y contiene células que por el desgaste mueren y son reemplazadas continuamente. Debajo, está la dermis que contiene a su vez millones de receptores sensitivos, cada uno sensible a diferentes tipos de tacto. Éstos envían las señales al cerebro, que las interpreta. Los receptores envían millones de señales cada segundo al cerebro. El pigmento que le da el color a la piel se llama melanina.