Al otro día el cono, que ya había alcanzado siete metros de altura, arrojaba piedras candentes y lava en cantidades cada vez mayores. Al término de cinco días era una montaña de 180 metros de altura, de actividad volcánica permanente. Había nacido el Parícutin, el volcán más joven del mundo en ese entonces. En la actualidad, mide unos 450 metros de altura. De la casa y la propiedad de Dionisio Pulido queda tan sólo el recuerdo. Aventaja en edad al Parícutin, pero continúa "volcánicamente" joven, el Jorullo (1.300 m.), un volcán situado a un centenar de kilómetros del primero, cuya actividad se inició en 1759.
Erupción del Paricutín
.
.