La división del mes en cuatro semanas de siete días tiene su origen en parte en las fases de la Luna (luna nueva, cuarto creciente, luna llena y cuarto menguante), que están separadas por unos siete días.
El número siete fue también considerado como sagrado por la antigua Babilonia, donde por primera vez aparece esta división del tiempo. Los chinos y los peruanos antiguos usaron ya la semana de siete días. La historia bíblica del Génesis supone seis días para el trabajo de la creación, con el séptimo de descanso: el sabbath judío (sábado). La Iglesia cristiana adoptó el primer día de la semana (domingo), en el que Cristo resucitó, como su día sagrado de descanso.
La Revolución Francesa trató de introducir la década o período de diez días en lugar de la semana, pero aun en la misma Francia, sólo se usó durante unos pocos años.
Entre los católicos, el domingo, día del Señor, es el primer día de la semana; entre los judíos, el sábado; y entre los árabes, el viernes, día en que el arcángel San Gabriel entregó El Corán a Mahoma, según las creencias musulmanas.
He aquí los nombres de los días de la semana y sus vocablos de origen, para que el lector pueda advertir la relación existente entre ellos:
Lunes - Luna
Martes - Marte
Miércoles - Mercurio
Jueves - Júpiter
Viernes - Venus
Sábado - Shabbath (hebreo)
Domingo - Dóminus (Señor)