El enigma de las estatuas de la isla de Pascua (Rapa Nui)


  Cuando el navegante holandés Jaakob Roggeveen descu­brió la isla de Pascua en 1722, encontró allí enormes estatuas de piedra. Probablemente se preguntó quién las había esculpido y por qué. Si hubiera sabido cuántas estatuas había —más de 100 comple­tas y 150 medio terminadas—, y si hubiera sido capaz de compren­der la magnitud del trabajo, habría estado más sorprendido de lo que estuvo.
La isla de Pascua es pequeña —55 kilómetros de circunferencia— y alejada de cualquier otra isla. Es volcánica y más bien estéril, con pocos árboles, muchos insectos y casi sin animales a excepción de las ratas y los habitantes nativos.
  Las estatuas, con sus expresiones crueles y tamaño gigantesco, domi­nan la isla. Algunas tienen una altura de hasta una casa de 3 plantas y pesan más de 60 toneladas. Representan hombres caucásicos con largas orejas, grandes ojos, mejillas sobresalientes y piernas pequeñas. Aunque tienen algunas decoraciones alrededor del estómago están, por lo demás, desnudas. Todas han sido esculpidas de un modo tan simétrico que cuando se las coloca verticalmente, tienen un equilibrio perfecto.
  Fierre Loti, el escritor francés, fue a la isla en 1879. Él describió las estatuas: «¿Qué raza representan con sus narices levantadas y sus labios finos estirados hacia adelante con expresión de desdén o burla? No tienen ojos, sólo profundas cavidades bajo sus anchas, nobles frentes; sin embargo, parecen estar mirando y pensando...» Algunas de las estatuas están ahora caídas o rotas. La mayoría tenían adornos hechos con piedra roja, pero éstos se han desprendido hace ya mucho tiempo. La construcción de las estatuas se suspendió bruscamente en algún momento del siglo XVII. Algunas estatuas están a medio tallar en la roca volcánica y las herramientas de los escultores se encuentran es­parcidas en su derredor.
  Algunas explicaciones: ¿A qué hombres representan las estatuas? Es obvio que no a polinesios, sin embargo, y quién pudo haber visitado la isla antes de Roggeveen, excepto polinesios? (Dicen que el capitán Cook encontró blancos, pelirrojos y rubios en muchas de las islas. ,¿Cómo llegaron allí?)
  Según la leyenda de los isleños, los «orejas largas» —dirigidos por un jefe llamado Hoto-Matua— llegaron a la isla en 475 a. C., tras un viaje de 120 días desde algún lugar al este. Muchos años después los «orejas cortas» (¿polinesios?) llegaron y fueron esclavizados por los «orejas largas», que los obligaron a trabajar en las estatuas. En algún momento del siglo XVII, los «orejas cortas» se hartaron de su esclavitud y mataron a todos los orejas largas», excepto uno, que luego tuvo muchos descendientes.
  Thor Heyerdahl, etnólogo noruego, fue el primero que, en 1947, dio una explicación razonable acerca del origen de estos «orejas lar­gas». La similitud en los nombres de los dioses, en las plantas (espe­cialmente la patata dulce) y en las artes, le hicieron pensar que los «orejas largas» llegaron de América del Sur, quizá de lo que es hoy Perú. Para probar que los hombres podrían haber navegado en balsas hasta la isla de Pascua, él construyó una madera de balsa, la Kon-Tiki, y navegó a través del Pacífico hasta una isla madrepórica a 4.000 millas al oeste del Perú.
Pero, ¿quiénes eran esos hombres blancos? Escandinavos? ¿Hom­bres de Atlántida, o Lemuria, o del espacio exterior? El misterio perdura. Hoy: Las estatuas aún están en pie en la isla de Pascua.