Una frase que oímos seguido es: «No corras riesgos ni intentes nuevas empresas en viernes trece».
Históricamente, el viernes es un día calamitoso. Jesús murió en viernes. Eva sedujo a Adán con una manzana un viernes y el bíblico Diluvio se inició en aquel día fatal. El número trece es catastrófico. Representa el número de comensales de la Santa Cena. Los filósofos y matemáticos griegos lo despreciaban por «imperfecto». La mitología escandinava dice que se encontraban congregados doce dioses cuando Loki, espíritu del mal y de la disensión, irrumpió en el banquete (convirtiéndose en el decimotercer invitado) y dio muerte a Balder, el más reverenciado de todos los dioses.