La salinidad del mar proviene de los minerales disueltos, especialmente sodio, cloro, azufre, calcio, magnesio y potasio, dice Galen McKinley, profesor de ciencias atmosféricas y oceánicas de la Universidad de Wisconsin-Madison.
La sal del océano tiene orígenes antiguos. Mientras la Tierra se formaba, los gases arrojados de su interior liberaban iones de sal que llegaron al océano a través de la lluvia o los escurrimiento de la tierra.
Ahora, la salinidad de los océanos es básicamente constante. "Los iones no están siendo eliminados o reemplazados en una cantidad apreciable", dice McKinley. "La eliminación y las fuentes de suministro que existen son muy pequeñas y el depósito es tan grande que los iones se quedan simplemente en el agua." Por ejemplo, dice, "Cada año, los escurrimientos de la tierra sólo agregan un 0,00005 por ciento del total de sales marinas. "
En los lagos, el ciclo relativamente rápido del agua y de sus sales disueltas mantiene el agua fresca - una gota de agua y sus iones se quedará en el Lago Superior por cerca de 200 años, en comparación con los 100 a 200 millones años en el océano. "Incluso si existe una acumulación de un ion de sal en un lago, se lava con rapidez", explica McKinley.
La sales marinas, sin embargo, no tienen a donde ir. "Los iones que fueron puestos allí hace mucho tiempo se las han arreglado para quedarse", dice McKinley. "Hay evidencia geológica de que la salinidad del agua ha permanecido igual por lo menos los últimos mil millones de años."