Achicharrar a los espíritus malignos
Mientras que para las civilizaciones occidentales los incendios forestales representan un acto antiecológico, para los pueblos Bwaba (en Burkina Fasso) y Bassar (al norte de Togo), el fuego representa una bendición. Un estudio realizado por antropólogos del Instituí de Recherche pour le Développement (IRD), en Francia, reveló que ambos pueblos encuentran en el incendio forestal una herramienta invaluable para eliminar espíritus malignos. Estos grupos africanos provocan incendios en pastizales de las cercanías de poblados con el fin de que, simbólicamente, el fuego penetre en casas y calles para espantar entes perniciosos. Así, la flora y la fauna sobrevivientes al fuego adquieren un carácter sagrado.