Sólo en el siglo XV llegó a conocerse en Europa con bastante exactitud la pólvora, pero la paternidad del invento la reivindican muchas ciudades que alegan haber sido la cuna del inventor de la pólvora.
El más conocido de entre los probables inventores es un tal fray Bertoldo de Friburgo, a quien su ciudad erigió un monumento.
Se dice que este fraile, mientras llevaba a cabo experimentos en su laboratorio, combinó los elementos integrantes de la pólvora. Una chispa accidental prendió en la mezcla y la consiguiente explosión le arrancó de las manos la tapadera o el mortero. Quienes introdujeron los primeros conocimientos acerca de la pólvora fueron los árabes, que habían aprendido su utilización de los chinos, con los cuales mantenían relaciones de tipo comercial. La pólvora se difundió muy pronto por todo el mundo y fue causa de grandes males, aunque también se utilizó con numerosos fines pacíficos.