Una de las máquinas complejas más fáciles de entender es el engranaje. Un engranaje se compone de dos ruedas simples con ejes, colocadas una junto a la otra. Cuando una rueda gira hace que la otra gire a su vez. Por lo general, las ruedas son de diferentes tamaños, y tienen dientes en sus bordes para evitar resbalones. El engranaje más pequeño se mueve más rápido, con menos fuerza de giro, mientras el engranaje más grande se mueve más lentamente, pero tiene más fuerza de giro. Cada vez que el engranaje pequeño da un giro completo, el engranaje grande sólo gira una fracción de su propia circunferencia. La rueda grande y su eje son más lentos, pero pueden elevar algo más pesado o darle la vuelta a algo demasiado duro para el eje de la rueda pequeña. Los engranajes cilíndricos helicoidales poseen dientes inclinados respecto al eje de rotación de la rueda. Esto hace que puedan transmitir potencia entre ejes paralelos o que se cruzan en el espacio formando cualquier ángulo.
Los engranajes se utilizan en relojes, automóviles, motores, trenes, y muchas otras máquinas complejas.
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