Un rayo es generalmente lo suficientemente fuerte como para viajar a través o alrededor de los neumáticos de un automóvil.
De acuerdo con el Museo de Ciencia de Boston, las llantas tendrían que ser de goma maciza de una milla (1.609 m) de espesor para aislar al coche de un relámpago.
¿Eso quiere decir, entonces, que debemos evitar el coche en una tormenta eléctrica?
No, la buena noticia es que nuestro coche es el lugar más seguro si uno está viajando durante una tormenta; lo más probable es que el relámpago viaje alrededor de la carcasa de metal del vehículo y no nos haga ningún daño. Esto, claro, si viajamos en un coche de metal y mientras no nos estacionemos bajo un árbol, o tengamos contacto directo con el metal del coche.
La mala noticia es que si viajamos en un coche descapotable o de plástico, o, como ya se mencionó, tocamos la superficie metálica del automóvil cuando cae un rayo, es posible que tengamos una experiencia profundamente electrizante.