Los primeros cables submarinos


La primera línea telegráfica fue inaugurada en 1844. Pronto hubo miles de kilómetros de líneas telegráficas alrededor del mundo. Y ya antes de eso la gente podía enviar mensajes telegráficos a través de los océanos. El envío de estos mensajes fue posible gracias a la colocación de larguísimos cables que cruzaban el oceáno de continente a continente. A los cables tendidos bajo el mar se les llamó cables submarinos. Los mensajes telegráficos enviados a través de ellos se les llamó cablegramas.

El Atlántico fue el primer océano en ser atravesado por un cable. Después de varios intentos fallidos, Cyrus W. Field, un estadounidense, logró en 1866 la colocación de un cable desde Terranova hasta Irlanda. El Océano Pacífico fue atravasado por un cable submarino 36 años después.

En el año 1955 un cable de telefonía se colocó a través del Atlántico. Desde entonces, otros cables telefónicos se han tendido. Dichos cables hacen posible escuchar a alguien a través del mar con tanta claridad como si estuviera al otro lado de la ciudad.

El cable a través del cual la electricidad fluye es sólo una pequeña parte de un cable submarino. El cable debe tener una cubierta impermeable, ya que el agua salada es un conductor bastante bueno de la electricidad. El cable también debe estar protegido contra las afiladas rocas, las anclas de arrastre y las criaturas marinas. El cable debe ser tan fuerte que no debe romperse por su propio peso a medida que se va sumergiendo en el fondo del mar.

Actualmente los cables de fibra óptica son los más utilizados para comunicar distintos continentes.