La profundidad del océano se mide por escuchar. Esto se hace con un dispositivo de detección llamado sonar llamado. El término sonar viene de las palabras inglesas SOund NAvigation and Ranging. Con este sistema se envían ondas sonoras al fondo del océano y se mide el tiempo de retorno.
El sonido viaja a través del agua, a razón de 1,482 m/s, por lo que midiendo el tiempo que le toma a las ondas de sonido en ir y volver, y luego dividir por dos, los científicos pueden determinar la profundidad que tiene el océano.
Usando este método, los científicos han encontrado que la parte más profunda de cualquier océano se encuentra en el Pacífico, en un punto justo al suroeste de la isla de Guam. Aquí, en un lugar llamado Abismo Challenger en la fosa de las Marianas, el fondo del océano se encuentra a 11,034 metros bajo la superficie del mar.
La presión a esa profundidad es aproximadamente 1095 veces la de la superficie.
El sistema de sonar también es utilizado por los aviones para detectar submarinos; por los barcos pesqueros para localizar bancos de peces, y por empresas de salvamento para encontrar restos de naufragios hundidos.