El tornillo de Arquímedes es un antiguo aparato de bombeo que aún se utiliza en algunas regiones del mundo para regar. El primero que lo describió fue el ingeniero griego Arquímedes, hacia el 260 a. C. La máquina consta de un tubo hueco con un tornillo en su interior. Un extremo del aparato se sumerge en el agua y, al girar el tornillo, el agua sube por el tubo y cae en un canal de riego.