El proceso de congelamiento consiste en someter los alimentos a la acción de un chorro de aire frío, que convierte toda el agua que contienen en cristales de hielo. Las bajas temperaturas impiden que se desarrollen las bacterias. Muchos alimentos se calientan un instante antes de congelarlos para detener la actividad natural de las enzimas, que pueden alterar su aspecto y sabor.
¿Sabías que en 1922 se puso a la venta por primera vez pescado congelado con un proceso desarrollado por el estadounidense Clarence Birdseye?