Parpadear o cerrar los párpados con rapidez sucede por varias razones. Puede ser que sea como una protección contra una sustancia irritante o para protegerse contra una luz brillante o para mantener limpios los ojos.
Cada vez que cerramos los ojos producimos lágrimas. Debajo de los párpados superiores hay glándulas lacrimales. Cada vez que los párpados se cierran, el movimiento crea una succión que saca un poco de líquido salado o lágrimas de las glándulas lacrimales. Estas lágrimas evitan que los ojos se resequen.
Pero si una sustancia irritante, como una mota de polvo, llega a los ojos, éstos parpadean automáticamente para que aparezcan lágrimas y laven el ojo, y lo protegan contra la sustancia irritante. Estas pequeñas lágrimas pasan de los ojos a la nariz a través de los conductos lacrimales, que son tubos diminutos en la esquina interior de cada párpado.
Cuando las lágrimas son demasiado grandes para desaguar a través de los conductos lacrimales, los conductos se inundan y las lágrimas se desbordan por el rostro. En este último caso se dice que una persona está llorando.
¡Una persona parpadea aproximadamente 25 veces por minuto!