Alguna vez habrás oído a alguien decir: "¡Me golpeé la cabeza tan duro, que vi estrellas!" Lo que ésta persona pensó que eran estrellas en realidad eran destellos de luz brillante, un truco jugado por el nervio óptico, que va desde todas las partes del ojo al cerebro.
Un duro golpe en la cabeza estimula el nervio óptico, el cual envía un mensaje al cerebro, que traduce el mensaje del golpe como un estallido de luz, que la mayoría de la gente describe como "ver estrellas".