La sangre se ve como si fuera de un color rojo sólido, pero en realidad no lo es. Si se examina la sangre bajo un microscopio, descubriremos que se compone de cuatro partes: plasma, glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas.
El plasma, es cual es el líquido, posee un color amarillo blancuzco. El plasma contiene los glóbulos rojos, los glóbulos blancos, las plaquetas, las proteínas, los minerales, los alimentos digeridos, y los residuos.
Sin embargo, hay más glóbulos rojos en la sangre que cualquiera de estas otras sustancias, y es la hemoglobina, el pigmento rojo, en las células rojas de la sangre que le da a ésta su color.
¡Nuestra sangre tiene 18 mil millones (18.000.000.000) de glóbulos rojos en ella!