El hambre comienza cuando ciertas sustancias como la glucosa (azúcar), vitaminas, minerales y aminoácidos no están en la sangre.
Los nervios del cuerpo envían un mensaje al centro del hambre en el cerebro diciéndole de la escasez. El centro del hambre reacciona haciendo que el estómago y los intestinos se vuelvan más activos.
La sensación de hambre es algo natural, pero privarse de alimento durante mucho tiempo perjudica la salud mental y física. La privación de alimento induce a la somnolencia, atenúa las emociones e impide pensar con normalidad.