Como alimento, las patatas están en segundo lugar en el consumo humano sólo detrás del arroz. Y como delgadas, saladas y crujientes frituras, son el bocadillo favorito de los Estados Unidos. Las papas fritas se originaron en Nueva Inglaterra como una variación de la conocida papa frita francesa, y su producción no fue el resultado de la suerte o de invención culinaria, sino de un ataque de resentimiento.
En el verano de 1853, el indio americano, George Crum, trabajaba como chef en un elegante resort en Saratoga Springs, Nueva York. En el menú del restaurante Moon Lake Lodge se hallaban las papas fritas francesas, preparadas por Crum al típico estilo francés de corte grueso que se popularizó en Francia en el siglo XVII y que disfrutó Thomas Jefferson cuando fungió como embajador en ese país. Jefferson llevó la receta a los Estados Unidos y empezó a servir papas a la francesa a los invitados en Monticello, cabe decir que el plato fue muy popular desde entonces.
En el Moon Lake Lodge, un invitado que cenaba encontró que las patatas a la francesa del Chef Crum estaban demasiado gruesas para su gusto y las rechazó. Crum entonces las cortó un poco más delgadas, pero éstas también no fueron del gusto del comensal. Exasperado, Crum decidió sacar de quicio al huésped, mediante la hechura de papas a la francesa muy finas y crujientes, y que éste no pudiera pinchar con un tenedor.
Fue todo lo contrario. Al huésped le encantaron las patatas doraditas que parecían papel fino, y otros comensales solicitaron papas fritas también, las cuales comenzaron a aparecer en el menú como "Saratoga Chips", una especialidad de la casa. Pronto fueron empaquetadas y vendidas a nivel local, luego en toda el área de Nueva Inglaterra. Crum finalmente abrió su propio restaurante. En ese tiempo, las papas eran tediosamente peladas y cortadas a mano. Fue la invención del pelador de papas mecánico, en la década de 1920, que allanó el camino para que las patatas fritas se elevaran de una pequeña especialidad a un artículo comercial de ventas masivas.
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