Durante siglos, los habitantes de una pequeña ciudad danesa, han tenido la costumbre de inclinarse reverentemente ante una pared blanca de la iglesia local, cada vez que pasaban. Pero nadie sabía la razón por la que se inclinaban, y nadie se acordaba de cómo la costumbre había comenzado.
Luego, en la década de 1930, se descubrió que debajo de la pintura blanca había una imagen de la Virgen María, la cual había sido pintada en el siglo XVI.
Los feligreses daneses siempre se habían inclinado ante la imagen al pasar por la iglesia, y la costumbre perduró, incluso ¡después de haber desaparecido la imagen!
.