La comida se echa a perder debido a pequeños organismos llamados bacterias que están presentes en los alimentos y en el aire.
Las bacterias descomponen las sustancias en los alimentos y los hacen inútiles o dañinos para el hombre. Algunas bacterias producen ácidos que descomponen los alimentos, y otros producen gases que dan a la comida podrida su mal olor.
Cuanto más tiempo se les permita a las bacterias vivir en la comida, más se multiplican, y más rápido es el proceso de pudrición de ésta. Si no fuera por estas bacterias, los alimentos podría durar, quizás, para siempre.
Hay un número de maneras de matar a estas bacterias y así conservar los alimentos. Una forma es añadir sal, la cual mata las bacterias o impide su crecimiento. Las aceitunas en los frascos son un ejemplo de alimentos preservados con sal. Otra forma es el secado o deshidratación de un alimento, ya que las bacterias no pueden crecer sin humedad.
El calor mata a casi todas las bacterias, por lo cual es normal cocinar la mayoría de los alimentos. El refrigerador mantiene los alimentos frescos, porque la mayor parte de las bacterias no pueden crecer a temperaturas inferiores a cero grados C, el punto de congelación del agua.
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