El engaño del hombre de Piltdown

Uno de los descubrimientos más interesantes realizados por los arqueólogos en la primera parte del siglo XX fue la obra de un inglés llamado Charles Dawson. En 1908, Dawson comenzó a excavar en una cantera de grava cercana a Piltdown, Inglaterra.

Seis años más tarde, anunció que había encontrado una mandíbula y fragmentos de un cráneo perteneciente a un antepasado primitivo del hombre. Otros arqueólogos examinaron los restos y declararon que de hecho eran los huesos de una criatura casi humana de alrededor de medio millón de años, ¡el más antiguo antepasado del hombre que se había descubierto hasta ese momento!

Dawson y su descubrimiento, el llamado El Hombre de Piltdown, pronto se hicieron famosos en todo el mundo. Algunos científicos afirmaron que Dawson había descubierto el "eslabón perdido", la criatura de la que evolucionaron, tanto el simio como el hombre. Pero otros científicos dudaban de que el hombre de Piltdown era en realidad tan antiguo como Dawson decía.

Dawson murió en 1916, pero el hombre de Piltdown vivía en los libros de texto de ciencias y museos. Luego, en la década de 1950, los científicos utilizaron nuevos métodos de datación encontrando que los fragmentos del cráneo del Hombre de Piltdown eran en realidad los restos de un hombre de menos de 50.000 años de antigüedad. Y descubrieron que la quijada pertenecía a un orangután joven, cuyos dientes habían sido limados y pintados de tal manera que se parecieran a las de un hombre primitivo.

Con el tiempo se supo que alguien había colocado los huesos en la cantera. ¿Fue el mismo Dawson el culpable? Nadie lo sabe con seguridad. Pero el hombre de Piltdown, el ancestro humano que nunca existió, ¡pudo engañar a la mayor parte del mundo científico durante más de 35 años!

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