La penicilina es uno de los descubrimientos médicos más importantes de nuestro tiempo, porque permite que los doctores traten fácilmente las enfermedades e infecciones que alguna vez mataban a mucha gente.
Si no fuera por la penicilina y otros medicamentos con sus características, sería poco lo que un doctor podría hacer si uno estuviera afectado por una infección seria.
Hace siglos, el pan mohoso era utilizado a veces como antiséptico, pero nadie sabía por qué el moho podía combatir ciertas infecciones. Más adelante, en el siglo XIX, los científicos descubrieron que ciertos mohos y bacterias producían sustancias que mataban o prevenían el crecimiento de otras bacterias. Estas sustancias ahora se les llama antibióticos.
Entonces, en 1928, un científico escocés llamado Alexander Fleming trabajaba en su laboratorio con un cultivo de bacterias. Cuando una clase de moho, llamada penicillium, cayó accidentalmente sobre el cultivo, Fleming notó que el moho había matado las bacterias alrededor de él. Otros experimentos demostraron que estos mohos producían una sustancia que mataba muchas bacterias comunes, y Fleming nombró a la sustancia penicilina.
Pero lo más importante sobre la penicilina era que no dañaba las células vivas de cuerpo, como sí lo hacían otros antibióticos descubiertos anteriormente. En 1939, otros científicos encontraron una manera de purificar y fortalecer la penicilina, la cual ya estuvo disponible en los Estados Unidos en los años 40.
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