Las culturas mexicanas precolombinas ya tenían arraigado un concepto de lo que era alimentación saludable. Sus comidas tenían un alto contenido de fibra, que incluía una extraordinaria variedad de frutas y vegetales. Los frijoles eran la base de su dieta diaria, así como un sinnúmero de nueces y otros granos y semillas. Incluso, sus panes o tortillas, que horneaban en lugar de freírlos, eran el complemento perfecto para la buena nutrición. Sus menús estaban perfectamente balanceados, y consistían en una pequeña porción de carne, pescado o aves, acompañada por una gran cantidad de granos. El resultado era un sistema de alimentación con una alta concentración de fibras e importantes nutrientes, con un contenido mínimo de grasas.
Quizás estas saludables costumbres culinarias se deban a que, tanto los mayas como los aztecas, creían que los dioses los habían creado con el propósito de que produjeran comidas exquisitas para que las deidades las consumieran. De hecho, los mayas estaban convencidos de que ellos provenían del maíz. Justamente la palabra maya significa "hombre de maíz". También pensaban que si no producían los alimentos apropiados, provocarían el fin del universo. La necesidad de ser grandes cultivadores queda reflejada para la historia en el legendario maya.
Quizás estas saludables costumbres culinarias se deban a que, tanto los mayas como los aztecas, creían que los dioses los habían creado con el propósito de que produjeran comidas exquisitas para que las deidades las consumieran. De hecho, los mayas estaban convencidos de que ellos provenían del maíz. Justamente la palabra maya significa "hombre de maíz". También pensaban que si no producían los alimentos apropiados, provocarían el fin del universo. La necesidad de ser grandes cultivadores queda reflejada para la historia en el legendario maya.
Fuente: BH