¿Cómo funciona un CD?

   El CD (compact disc) o disco compacto, es un pedazo de plástico o policarbonato de aproximadamente 1.2 milimetros de espesor. El proceso de fabricación consiste en imprimir sobre la superficie una larga espiral de minúsculos bultitos. Esta se cubre con una capa de aluminio reflejante y finalmente se aplica una capa protectora de acrílico. Un CD almacena hasta 74 minutos de música, más de 783 megabytes. Para que esta cantidad de información quepa en un disco de apenas 12 centímetros de diámetro es importante entender lo realmente pequeños que son los bytes. La espiral de datos va del centro hacia afuera, esto significa que el CD puede ser aún mas pequeño si se almacenan menos datos, como en el caso de los CD en forma de tarjeta o los mini CD. Dicha espiral es 0.5 micrones de ancho (un micrón es una millonésima parte de un metro), y los bultitos tienen 125 nanómetros de alto (un nanómetro es una billonésima parte de un metro). Estas minúsculas dimensiones hacen que la espiral de datos sea muy larga: aproximadamente de 5 kilómetros.

   Un aparato reproductor de CD consiste en un sistema de lectura; un componente electrónico y una parte reproductora y amplificadora de sonido. El lector de un CD esta compuesto por el motor, que hace circular el disco en si, una cabeza de láser con un lente que lee los bultitos y un mecanismo que permite a la cabeza seguir el curso de la espiral de datos. El rayo láser pasa a través la capa de policarbonato, rebota en el aluminio y es recibida por un sensor optoelectrónico que detecta los cambios de luz causados por la superficie irregular de los bultitos. Los componentes electrónicos del reproductor de CD interpretan los cambios de luz a manera de bits, que a su vez son convertidos en bytes y procesados para transformarlos en música o datos.