¿Qué es un sismógrafo?


   De vez en cuando, en aquellas regiones sujetas a fenómenos sísmicos, un inéspe­rado temblor de tierra especialmente vio­lento nos recuerda, dramáticamente, que la corteza terrestre no es un sólido inde­formable, que en el misterio del subsuelo tienen lugar unos movimientos profundos y perpetuos, y que nuestras construccio­nes se encuentran a merced de una sacu­dida algo más fuerte que las otras. Para detectar las agitaciones subterrá­neas, los especialistas disponen de sis­mógrafos. Son unos aparatos basados en el principio de la inercia.

   Un sismógrafo está fundamentalmente constituido por un soporte rígido unido al suelo y del cual se ha suspendido una masa pesada. Cuando se produce un tem­blor de tierra, el soporte de este péndulo experimenta un impulso en determinado sentido, pero, en razón de su inercia, la masa pendular tiende a conservar su posi­ción inicial. El movimiento del suelo des­plaza al soporte con respecto a la masa inerte. Los desplazamientos de este sopor­te quedan registrados por diversos siste­mas.

   Los sismogramas obtenidos de este modo permiten delimitar el punto donde el seís­mo ha alcanzado la máxima intensidad. Este punto se denomina epicentro. El hipocentro es el punto subterráneo donde se supone ha tenido su origen el movi­miento sísmico. Los sismógrafos ultrasensibles también utilizan el principio de una masa metá­lica suspendida. En este caso, sin em­bargo, los movimientos no se transmiten mecánicamente. Su única dificultad con­siste en su misma sensibilidad: perciben todas las vibraciones, incluidas aquellas que se deben a la actividad humana. Es preciso recurrir a las máquinas electró­nicas para descifrar unos registros que, a primera vista, se nos muestran muy confusos. Finalmente podremos afirmar: "Esto corresponde a un microseísmo na­tural; esto otro es la consecuencia de una onda de choque artificialmente desenca­denada" (por ejemplo, la proveniente de una explosión nuclear lejana). Incluso se puede situar geográficamente, con exactitud, el lugar de esta explosión, por medio de una red de sismógrafos colo­cados en puntos elegidos y procediendo por triangulación.