La gran transformación de la energía

   Cuando se da cuerda a un reloj se rea­liza un trabajo que, en forma de ener­gía, queda "almacenado" en la cuerda. Energía es todo lo que puede transfor­marse en trabajo mecánico. Cuando se­paramos un péndulo de la vertical, se realiza un trabajo. Mediante éste, el péndulo recibe cierta energía poten­cial. Al soltarlo, la energía potencial se transforma en energía cinética (o ener­gía de movimiento). De la misma mane­ra, la energía potencial del agua de un pantano se transforma en energía ciné­tica que, en los generadores de una central, proporciona electricidad. La energía de radiación del Sol propor­ciona energía mecánica a los vientos y al agua. La energía solar puede trans­formarse también en energía química, mediante las plantas y el oxígeno. Los animales comen plantas y transforman la energía química en calor y energía mecánica (energía muscular).
   La energía producida por la naturale­za puede, a menudo, aprovecharse di­rectamente. Pero el hombre ha apren­dido también a utilizar otras fuentes de energía, como la máquina de vapor, lo que ha hecho posible transformar la energía térmica en trabajo mecánico. La posibilidad de transmutar la energía cinética en energía eléctrica ha simpli­ficado la producción de energía para múltiples aplicaciones. La energía eléc­trica puede transformarse fácilmente en luz, calor y energía mecánica. La energía, en sus diversas formas, tiene una tendencia natural a pasar a energía térmica. En los átomos y moléculas el calor es, en realidad, una forma de ener­gía cinética. Por eso, nunca podemos conseguir transformar por completo la energía calórica en trabajo mecánico, lo que explica el bajo grado de rendimiento de las máquinas de vapor y de los mo­tores de explosión.
   La energía no desaparece nunca; sólo se transforma. En nuestros días, el hom­bre ha conseguido también transformar la materia en energía y la energía en materia, mediante las reacciones atómi­cas. En efecto, la materia es también una forma de energía. Como trabajo, energía y materia son directamente equivalentes, se empieza a usar, cada vez más, una unidad común de energía, que ha recibido su nombre del físico inglés James Joule. Cuando se eleva un kilogramo a la altura de un metro, se efectúa aproximadamente el trabajo de 10 julios. Si se pudiera trans­formar íntegramente 1 gramo de mate­ria en energía se obtendrían 90 billones de julios.