¿Por qué tenemos corazón?


   Una perfecta red destinada al riego de los cultivos se compone de va­rios canales que llevan el agua des­de la fuente de alimentación a las distintas parcelas de tierra que de­ben ser regadas.
   Lo mismo ocurre en nuestro cuerpo con la circulación de la sangre: des­de el corazón, que es el principal órgano del aparato circulatorio, par­ten unos grandes vasos, las arterias, que se subdividen en una red cada vez más extensa de otros vasos de diámetro más reducido. Los últimos de ellos, es decir, los que llegan a la periferia de nuestro cuerpo, se llaman capilares porque son tan del­gados como los cabellos. Pero la circulación de la sangre es doble: otros canales, las venas, devuel­ven la sangre desde la periferia al corazón.
   En esta constante distribución de la sangre la tarea más importante corresponde al corazón, que es una auténtica bomba aspirante e impelente. Cada latido suyo representa un esfuerzo colosal: pensemos que el corazón bombea unos 12.000 li­tros de sangre diarios.