El misterio de las líneas de Nazca


   Ubicación: En el desierto peruano, 15° de latitud sur, entre las longi­tudes 73° y 75° oeste.
   El enigma: Desde el aire, sobre el desierto de Nazca, se puede ver que el suelo vuelve a la vida con los contornos de grandes figuras sinuosas como arañas, ballenas, pájaros, peces, llamas, cóndores, serpientes, monos, flores de seis pétalos y dioses con halos. Algunas de las figuras son más grandes que dos canchas de fútbol; algunas de las líneas tienen sesenta y cinco kilómetros de largo. Se estima que el peculiar diseño ha permanecido allí por 700 a 1500 años. Dibujadas en la tierra, dejando ver el ligero suelo amarillo que se extiende bajo la superficie oscura de la tierra, las líneas han permanecido porque allí llueve poco y casi no hay erosión.
   Al final de la meseta hay algunas estatuas, edificaciones y bajorrelieves. Uno es una doble roca de 25 metros de altura que parece representar una cabeza humana, pero contiene dibujos de, por lo menos, 14 cabezas que representan, simbólicamente, cuatro razas de hombres. Un inca, Tupac Yupanqui, dice de los bajorrelieves: «Los hombres blancos de las estrellas los hicieron... los hicieron iguales a ellos, como los extran­jeros que viven en las cuatro comarcas del mundo...» Muchos de los bajorrelieves pueden ser vistos sólo en determinado momento —una hora especial del día, una época del año— cuando la luz los ilumina según un ángulo especial. Daniel Ruzo, un explo­rador peruano, tomó una fotografía de un bajorrelieve cavado en una montaña que muestra la cara de un hombre viejo. El negativo de la fotografía detectó un hombre joven. Algunas de las estatutas y bajo­rrelieves representan animales que no son nativos de América del Sur —tortugas, leones africanos y camellos, por ejemplo. ¿El enigma? ¿Quién trazó las líneas e hizo los grabados? ¿Cómo los hicieron?
   Algunas explicaciones: La Dra. María Reiche, astrónoma alemana, tardó 20 años en trazar en un plano las líneas de Nazca, desde una ladera más alta. Ella correlacionó sus descubrimientos con las posi­ciones del sol, la luna y las estrellas, y cree que las líneas representan un inmenso «calendario del desierto», la versión sudamericana de Stonehenge.
   Los que creen que seres extraños del espacio exterior han estado visi­tando la tierra durante miles de años, piensan que las líneas, o fueron hechas por seres extraterrestres, o éstos ordenaron hacerlas. Ellos piensan que un tren aéreo volando a poca altura del suelo puede haber soplado la suciedad de la superficie y haber dejado en exposi­ción el diseño.
   El profesor J. Alden Masón, director emérito de la Universidad de Pennsylvania, cree que las líneas fueron hechas siguiendo un modelo menor. ¿Quién trazó las líneas? No fueron los incas, dicen los indí­genas, sino otra raza anterior a ellos. Los triángulos y trapezoides no tienen relación con los caminos del Inca más recientes. Hoy: Los que deseen ver las líneas pueden llegar al área yendo pri­mero a Lima y volando desde allí en un pequeño aeroplano a Paracas o a Nazca. La Pan-American Highway que va desde Lima a Valparaíso pasa sobre las líneas. Sin embargo, para apreciarlas deben ser vistas desde el aire, quizá desde un aeroplano fletado especialmente.