Desde los primeros años de su juventud, Giuseppe Mazzini (1805-1872) luchó y trabajo en pro de la unión de los múltiples pequeños reinos de Italia en una sola y fuerte nación. Fue secundado por Jose Garibaldi.
Mazzini se recibió de licenciado en leyes en su ciudad natal, Génova. Fue allí donde se hizo miembro de la sociedad secreta de los carbonarios. Por este acto se lo acusó traidoramente a las autoridades y se lo retuvo preso durante seis meses. Al cumplirse la sentencia fue desterrado de Italia.
En 1832 organizó una sociedad revolucionaria secreta, la "Joven Italia", cuyo fin era el de unir a Italia bajo un gobierno liberal. Dirigió dichas actividades desde Marsella, Francia. Fue deportado de Marsella, y se dirigió a Ginebra y después a Londres. Durante su permanencia en Londres logró interesar a destacados ingleses en el movimiento italiano, entre ellos, a Tomas Carlyle y los Browning.
No fue sino hasta 1848 cuando se inició la revolución en Italia. Mazzini regreso en el acto para tomar parte en el movimiento. Él y otros dos jefes, Saffi y Armellini, implantaron la república en Roma en 1849. Esta república duro poco tiempo. El papa dominó nuevamente la ciudad y Mazzini se vio obligado a abandonar el país.
Desde su destierro Mazzini dirigió los levantamientos de Mantua, Milán y Génova (1852, 1853 y 1857). Ayudó a Garibaldi en la organizacion de tres expediciones (1860, 1862 y 1867). Tomó parte en la acción revolucionaria de Palermo, en 1870, pero fue capturado. Poco después cayó Roma y se le dio libertad. Mazzini murió en Pisa, Italia, a la edad de 67 años.
El avión de reacción
Desde que existen las grandes velocidades hacia los 700 km por hora, el rendimiento de los motores de pistón clásicos ha disminuido rápidamente. Para alcanzar y superar la velocidad del sonido ha sido necesario recurrir a los motores de reacción, cuyo principio es el mismo de los cohetes.
Como no tienen ni pistones ni bielas de movimiento alternativo, estos motores, tan simplificados mecánicamente, permiten aumentar considerablemente el empuje (y, por lo tanto, la velocidad), que en este caso está producido por la violenta eyección de los gases quemados. Por añadidura, las vibraciones quedan eliminadas. Existen varios tipos de estos motores:
Los turborreactores están compuestos de un compresor, de una cámara de combustión (donde el oxígeno del aire aspirado por el motor quema el combustible, que consiste en un hidrocarburo menos volátil y más pesado que la gasolina. como el queroseno) y de una turbina de gas. La hélice sigue utilizándose en el turbo-propulsor, que es análogo al turborreactor, pero cuya turbina acciona, además del compresor, una hélice propulsora. En este caso, la reacción directa de los gases expulsados solo proporciona un apoyo de propulsión al impulso dado por la hélice.
El estatorreactor no consta de ningún órgano móvil. Por lo tanto, no posee compresor. Debido a esta ausencia, el caudal de aire resulta proporcional a la velocidad del vuelo. Cuando el aparato está inmóvil, el caudal y, por lo tanto, el impulso, son nulos. De ahí la necesidad de dotar al avión de un propulsor auxiliar para el despegue y el aterrizaje, lo cual conduce a la fórmula del turboestatorreactor
El avión de hélice
La hélice de un avión funciona igual que la hélice de un barco, puesta en rotación, adquiere en el aire, lo mismo que en el agua, un movimiento de avance semejante al del tornillo que entre en la tuerca. El aire es aspirado por delante y expulsado por detrás. lo cual ejerce una tracción sobre el árbol motor, en el cual esta fijado un buje portador de palas simétricamente dispuestas. Las hélices son tractoras o propulsoras. según se encuentren en el morro del aparato o en la parte trasera de las alas. Se llama peso de la hélice a la distancia medida, paralelamente al eje, entre un punto de la hélice y el punto correspondiente después de haber recorrido una vuelta completa. Las hélices de paso variable proporcionan al motor toda su potencia, cualesquiera que sean las condiciones de vuelo.
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