¿Qué es el pulverizador?

   El pulverizador se compone de un tubo de vidrio, curvado en su extremo superior y con una fina punta que se sumerge en el medicamento líquido. Por medio de un ajuste colocado cerca de la curvatura, y apretando una pera de goma, se hace llegar al líquido una corriente de aire que empuja el aire contenido en el tubo vertical, produce un vacío, provoca la ascensión de dicho líquido y lo dispersa en forma de finas gotitas. El pulverizador de vapor actúa sobre el vapor a presión procedente de una pequeña caldera adjunta. Este aparato sirve para diversos tratamientos de la piel, de la nariz, de la laringe y de los bronquios. También se utilizan pulverizadores para substancias en polvo, sobre todo en la aplicación local de antibióticos.

La jeringuilla de inyecciones

   La jeringuilla de inyecciones esta compuesta de un cuerpo cilíndrico de cristal esmerilado, en cuyo interior un émbolo de cristal se desliza muy ajustadamente entre las paredes del cilindro. Es una pequeña bomba aspirante-impelente. El tubo lleva una graduación, así como un reborde terminal escuadrado para impedir que pueda rodar por una superficie plana. En el otro extremo tiene una pieza de ajuste a la cual se adapta una aguja hueca, de acero, de níquel o, con preferencia, de platino iridiado, lo cual permite flamearla antes de usarla. La jeringuilla se esteriliza mediante ebullición. Se aspira el líquido tirando del émbolo. En seguida se ajusta la aguja y se expulsa el aire empujando el émbolo.

La radiosonda

   El ingenioso y utilísimo método del radiosondeo, debido al especialista francés R. Bureau, permite la exploración diaria de la atmósfera por medio de los globos sonda. Estos globos, hinchados con hidrógeno y confeccionados con látex puro, miden 2 m de diámetro en el momento de ser soltados. En la altura máxima tendrán 8 m, y estarán a punto de estallar, a causa de la disminución de la presión atmosférica. Estos globos llevan consigo la radiosonda, que reúne varios aparatos registradores -termómetro, barómetro, higrómetro- y un emisor de onda muy corta. Gracias a un sistema de relojería, con agujas móviles y marcas fijas, los aparatos registradores proporcionan las indicaciones deseadas mediante interrupciones de las señales regulares que el emisor envía.
   Un radioteodolito, aparato provisto de una lente reticulada y de un receptor de radio, permite el seguimiento de la trayectoria del balón en el espacio, a la vez que recoge las señales. Estas, registradas sobre una cinta, son descifradas en seguida y dan a conocer los valores de la temperatura, de la presión y de la humedad en las diferentes capas de la atmósfera atravesadas por el globo hasta los 30 km de altitud; es decir, hasta las capas altas de la troposfera, zona muy interesante para los meteorólogos. Al final de la ascensión, cuando el globo estalla, la radiosonda desciende, colgada de un paracaídas, y es recuperada.