James Clerk Maxwell (1831-1879) fue un célebre matemático y físico ingles, nacido en Edimburgo, Escocia. Desde temprana edad dio prueba de su genio, pues escribió su primer artículo científico a la edad de 15 años. Estudio en la Universidad de Edimburgo y en la de Cambridge y se graduó en esta última con grandes honores, en 1854. Después de servir como profesor en diversas universidades, fue nombrado para el puesto de profesor de física experimental del famoso Laboratorio Cavendish, de la Universidad de Cambridge, posición que mantuvo el resto de su vida.
Su obra capital, Electricidad y Magnetismo (1873), recoge y sistematiza todos los anteriores trabajos llevados a cabo en esas dos ramas de la física, incluyendo las investigaciones de Miguel Faraday. Sus ideas proporcionaron una base sólida para el análisis matemático de la electricidad. Parte de su teoría afirma que los efectos eléctricos y magnéticos son causados por presiones ejercidas en el éter; según esto, los alambres, los imanes, etc., pueden ser considerados como conductores de dichas perturbaciones. La teoría de Maxwell sirvió como punto de partida para los notables experimentos de Hertz sobre las ondas electro-magnéticas, con los que se inició la era de la radio. Maxwell también aportó valiosas contribuciones al estudio científico del color y a la teoría cinética de los gases.
Maximiliano de Habsburgo
Maximiliano de Habsburgo (1832-1867) fue emperador de México, nieto del emperador de Austria Francisco I y hermano del emperador, también de Austria,
Francisco José. Incorporado a la marina austriaca, de la que fue comandante en jefe, casó en 1857 con la princesa Carlota, hija del rey de los belgas, Leopoldo I. Dos años después fue nombrado gobernador del reino Lombardo Veneto, donde mostró encomiables dotes de gobernante.
En 1863, como resultado de la política francesa en México, la junta de notables que en aquel país secundaba dicha política le ofreció la corona del imperio recién creado. Maximiliano aceptó el ofrecimiento, no sin algunas vacilaciones, y llegó a su capital en el mes de junio de 1864.
Inició una acción encaminada a ordenar la administración, liberar a los indios de la servidumbre y desarrollar los recursos del país, después de recorrerlo en varios viajes, pero no pudo evitar la oposición enconada de los patriotas mexicanos, que no aceptaban la intervención extranjera. Los republicanos, encabezados por Benito Juárez, no dejaron de luchar un solo momento y ni las fuerzas francesas en que se apoyaba su gobierno, ni los elementos nacionales que le eran adictos lograron nunca dominar por completo el país.
Napoleón III, ante el fracaso de su aventura, decidió retirar sus fuerzas de México, no obstante las gestiones que para evitarlo hizo ante él Carlota.
Las fuerzas mexicanas que le quedaron a Maximiliano, con este al frente, fueron sitiadas por los republicanos, al mando del general Mariano Escobedo, en Querétaro. Derrotados los imperialistas el 15 de mayo de 1867, Maximiliano, con sus generales Miguel Miramón y Tomas Mejía, fue hecho prisionero. Juzgó a los tres un consejo de guerra, que los condenó a muerte.
Francisco José. Incorporado a la marina austriaca, de la que fue comandante en jefe, casó en 1857 con la princesa Carlota, hija del rey de los belgas, Leopoldo I. Dos años después fue nombrado gobernador del reino Lombardo Veneto, donde mostró encomiables dotes de gobernante.
En 1863, como resultado de la política francesa en México, la junta de notables que en aquel país secundaba dicha política le ofreció la corona del imperio recién creado. Maximiliano aceptó el ofrecimiento, no sin algunas vacilaciones, y llegó a su capital en el mes de junio de 1864.
Inició una acción encaminada a ordenar la administración, liberar a los indios de la servidumbre y desarrollar los recursos del país, después de recorrerlo en varios viajes, pero no pudo evitar la oposición enconada de los patriotas mexicanos, que no aceptaban la intervención extranjera. Los republicanos, encabezados por Benito Juárez, no dejaron de luchar un solo momento y ni las fuerzas francesas en que se apoyaba su gobierno, ni los elementos nacionales que le eran adictos lograron nunca dominar por completo el país.
Napoleón III, ante el fracaso de su aventura, decidió retirar sus fuerzas de México, no obstante las gestiones que para evitarlo hizo ante él Carlota.
Las fuerzas mexicanas que le quedaron a Maximiliano, con este al frente, fueron sitiadas por los republicanos, al mando del general Mariano Escobedo, en Querétaro. Derrotados los imperialistas el 15 de mayo de 1867, Maximiliano, con sus generales Miguel Miramón y Tomas Mejía, fue hecho prisionero. Juzgó a los tres un consejo de guerra, que los condenó a muerte.
¿Quién fue el fundador de la geometría?
El primer testimonio histórico de unos estudios puramente matemáticos, en los que el autor no se limite ya a apelar en sus explicaciones al sentido común, lo tenemos en los trabajos de Euclides. Poco sabemos de su vida y su carácter, salvo que vivió durante el siglo III antes de Cristo y que, en el reinado de Tolomeo I, se encargó de la parte dedicada a las matemáticas del Museo de Alejandría, donde impartió sus enseñanzas. Se le supone nacido en Tiro, ciudad fenicia, y se educaría probablemente en la Academia platónica de Atenas. Su obra mas importante se llama Elementos y consta de trece libros. En ella reunió las enseñanzas de los matemáticos anteriores a él, tales como los pitagóricos Eudoxo e Hipócrates de Quío, corrigiendo los errores que aparecían en los teoremas de estos y aportando nuevas demostraciones, efectuadas con mayor rigor. A esto añadió, además, sus propios descubrimientos, pero quizá sus principales méritos consisten en la organización y disposición lógica de las enseñanzas que había recogido y, sobre todo, en haber sido el primero en dar demostraciones rigurosas de los teoremas geométricos. Sus Elementos recogen todo el saber de la época sobre geometría del plano (con especial atención a problemas de la recta y el círculo), del espacio, de la esfera y de los poliedros regulares. Incluye también una amplia exposición de la teoría clásica de los números. Posiblemente lo mas conocido de todo ello sea el postulado de Euclides, que hoy formulamos así: Por un punto exterior a una recta solo puede trazarse una recta paralela a la primera. Los Elementos fueron una obra imprescindible durante dos mil años, pues sentaron las bases de toda la geometría hasta el siglo XIX y siguen siendo útiles incluso en nuestros días. De los trece libros que comprende la obra, los cuatro primeros tratan de la geometría del plano; el V y el VI, de la teoría de las proporciones y su aplicación a la geometría del plano (estos seis primeros libros aún ocupan lugar importante en algunas escuelas); el VII, el VIII y el IX, de los números racionales; el X, que se considera el más perfecto, tras exponer una proposición que supone un precedente del cálculo integral, pasa a tratar de los números irracionales; el XI, el XII y el XIII están dedicados a la geometría del espacio. Los Elementos comprenden además dos libros que no se atribuyen al gran matemático griego. Euclides escribió varias obras más, como Porismos, Óptica y Tratado de Geometria superior.
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