¿Quién ideó un ingenioso sis­tema para que los ciegos pu­dieran leer?

LA INVENCIÓN DEL SISTEMA BRAILLE


   Posiblemente muchos estarán de acuerdo en que uno de los mayores atractivos de la lectura es el de po­derla practicar individualmente, en esos momentos de soledad, bien escogidos, o bien impuestos por las circunstancias, por los que siempre atraviesa el hombre. Pues bien, hasta hace poco más de un siglo a los ciegos les estaba vedado este recurso de la lectura y se veían obli­gados a depender de un lector amable si querían penetrar en los secretos del mundo de la cultura escrita. Fue un maestro francés, Louis Braille, el que tendería el puente a través del cual los ciegos podrían acceder solos a ese mundo. Nacido en Coupvray en 1809 y ciego él mismo desde los tres años, dedicó toda su vida a estudiar música y a la enseñanza de los ciegos. Su sis­tema, que después sería aceptado en todo el mundo, es tan elemental como ingenioso. Sabido es el extra­ordinario desarrollo del sentido del tacto que produce la falta de visión. Pues bien, L. Braille, sencillamente, ideó un alfabeto en el que las letras se sustituían por un código de pun­tos prominentes, que serían fácil­mente identificables por los dedos. Este alfabeto consta de 63 carac­teres mediante los que se expresan las letras, los signos de puntuación y los números, así como los sím­bolos químicos y los signos ma­temáticos. Cada uno de estos ca­racteres se basa en la distinta com­binación de seis puntos en relieve. Actualmente están traducidas al sistema Braille las más importantes obras de la literatura y el pensa­miento universales.

¿Cuáles son las enfermedades de las plantas?


   Las enfermedades de las plantas pueden ser provocadas por un parásito animal o vegetal (algas, hongos, plantas superiores, gu­sanos, insectos, bacterias o virus). Y también provenir de la composición del suelo (exceso o ausencia de algunas sustancias minerales). Estas carencias se manifiestan por medio de manchas más o menos importantes sobre las hojas, que llegan a transformarse en zonas necróticas; una parte de la hoja muere y se seca; pueden aparecer deformaciones, salvo intervención, a nivel de los botones y ramas.
   Algunas enfermedades son provocadas por un mal funciona­miento del mecanismo de absorción de sustancias. Este mecanismo está regulado de tal manera que hasta que una planta ha ab­sorbido suficientemente las sustancias, la absorción se detiene. Sin embargo, la presencia de una sustancia en gran cantidad puede obstaculizar a la planta para absorber alguna otra: las plantas calcífagas tienen tal "gula" por el ion de calcio, que no absorben los iones de hierro. La clorosis férrica se manifiesta por un amarillamiento del follaje y es generalmente mortal para la mayoría de las ericáceas, pero también para otras plantas como algunas variedades de perales. Para remediar esta carencia se hace que la planta tome el hierro en una molécula orgánica, ab­sorción regulada por otro mecanismo que el del equilibrio de iones.

Un Raudal de Contaminantes

   Todos los días, millones de metros cú­bicos de desechos líquidos vuelcan una cantidad increíble de contaminantes en las aguas del globo. La contaminación puede ser desde el desagradable albañal hasta sustancias químicas.
   Muchos contaminates son materia orgánica que se descompone en sustan­cias innocuas aunque algunos nutrien­tes orgánicos medran y se multiplican tan rápidamente en el agua que pueden sofocar mortalmente a una corriente o lago por el proceso conocido con el nombre eutroficación. Otros contami­nantes son materia inorgánica que no se descompone y que al llegar al hom­bre por la cadena alimentaria, tienden a acumularse en los nervios con resultados peligrosamente impredecibles.
   Metales como el mercurio, el níquel y el plomo se han vinculado con la alta presión sanguínea, trastornos respira­torios, renales y de otra índole. Las sustancias químicas como los bifenilos policlorinados (BPC) y los polibromados (BPB) provocan graves trastornos.
   Como es imposible que las plantas de tratamiento eliminen todo vestigio de los contaminantes, las autoridades se están esforzando por controlar la contaminación en su fuente. En muchos lugares se está eliminando el cieno semisólido de los albañales y las materias no degradables de los desechos indus­triales, con lo que queda un líquido relativamente innocuo para recircular.