¿Qué son los vientos alisios?

   Los alisios son vientos que soplan durante todo el año en una misma dirección en las regiones tropicales. Los aviones v los veleros aprovechan estos vientos para aumentar su velocidad.
   La zona tropical es la más cálida de la Tierra. El aire, recalentado por el sol ecua­torial, asciende y es reemplazado inmedia­tamente por corrientes de aire más fresco procedentes del Norte o del Sur. A causa del movimiento de rotación de la Tierra, esos vientos regulares, los alisios, sufren cierta desviación: al norte del ecuador soplan en dirección NE - SO, y al sur, en dirección SE - NO. Los aviones comer­ciales, al fijar sus rutas, procuran apro­vechar estos vientos, que, al soplar de cola, aumentan su velocidad.

¿Dónde se encuentra el desierto de Gobi?


   El centro de Asia, en Mongolia, caravanas de camellos, pesadamente cargados, recorren todavía, como antaño, la inmensa llanura arenosa del desierto de Gobi.
   En el centro del Asia oriental se en­cuentra el desierto que los chinos deno­minan Chamo. Es el desierto de Gobi, corazón que fue de un gran imperio, el de Gengis Kan, que en el siglo XIII do­minó Asia e hizo estremecerse a Euro­pa. Las caravanas que transportaban las preciosas especias de China atrave­saban el desierto recorriendo más de 2 000 kilómetros de solitarias dunas y pedregales. Aún hoy sigue siendo la ruta comercial que une las dos Mongolias. Jinetes y monturas, excepcionalmente resistentes, soportan temperaturas de 45 °C en verano y de -40 °C en in­vierno. Los pocos lagos de la región, saturados de azufre y de sal, sólo calman la sed a los camellos, que se conforman con un agua poco tentadora que des­precian sus jinetes.

El Etna


   Con 3 296 metros de altitud, el Etna, peligroso volcán italiano, es el más de Europa y uno de los más activos de nuestro planeta. La isla de Sicilia está constantemente amenazada por él.
   Los antiguos situaban en el Etna los do­minios de Vulcano, dios romano del fuego, que dio su nombre a los volca­nes. Pero la fama tristemente célebre del volcán arranca de otros motivos: sus temibles y frecuentes erupciones, que asolan la llanura de Catania, en el centro de la cual levanta su cima, a menudo recubierta de nieves deslumbrantes. La historia registra no menos de 150 erupciones; la de 1693 causó 60000 victimas.
   Utilizando un tele­férico que alcanza los 3000 metros, los turistas pueden admirar, al ama­necer, el cráter principal del volcán, de lavas rojizas, al tiempo que pre­sencian una espectacular salida del sol.