LUCES Y COLORES
UN famoso escritor estadounidense del siglo XIX, que también se ocupaba de cuestiones científicas, escribió en uno de sus libros: "Imagínense la cara del primer hombre que introdujo una vara en el agua y vio que parecía quebrada... ¿ Cuántas veces la habrá introducido y sacado? Luego, probablemente, habrá llegado a la conclusión de que en el fondo del agua debía haber magia o alguna intervención sobrenatural..."
Estamos por asegurar que así debió suceder. Ahora sabemos que aquel ignaro predecesor nuestro fue el primero que descubrió, hace miles y miles de años, uno de los más importantes fenómenos de la luz; el que nos conduciría al conocimiento de los colores: el fenómeno de la refracción.
¿Cuáles son las plantas que crecen más rápido?
Hay plantas que crecen realmente rápido. El alga gigante del Pacífico, la más grande que se conoce, puede crecer 45 centímetros por día, pero detiene su crecimiento cuando sus láminas alcanzan 45 metros de longitud. Algunas clases de bambú duplican esta velocidad de crecimiento.
El bambú es el alimento preferido de los osos panda en China. Pero, hoy en día, no es fácil encontrarlos ya que no tienen suficiente alimento. Esto se debe en parte a la peculiar manera en que crece el bambú. Sólo florece y produce semillas una vez cada 100 años, después muere. En el pasado, esto no representaba problema alguno pues los pandas se movían hacia otra parte del bosque. En la actualidad, el bosque se ha talado tanto que los pandas no tienen adonde ir y muchos mueren de hambre.
El bambú es el alimento preferido de los osos panda en China. Pero, hoy en día, no es fácil encontrarlos ya que no tienen suficiente alimento. Esto se debe en parte a la peculiar manera en que crece el bambú. Sólo florece y produce semillas una vez cada 100 años, después muere. En el pasado, esto no representaba problema alguno pues los pandas se movían hacia otra parte del bosque. En la actualidad, el bosque se ha talado tanto que los pandas no tienen adonde ir y muchos mueren de hambre.
Leonardo Torres Quevedo, inventor español
Leonardo Torres Quevedo (1852-1939)
Pocos de los que cruzan por encima del Niágara y contemplan el majestuoso espectáculo con que la Naturaleza regala sus ojos saben que el transbordador que les permite admirar tales maravillas se debe al ingenio del sabio español Leonardo Torres Quevedo, nacido en Santander, que dedicó su incansable actividad y su gran talento a una de las más sorprendentes ramas de la Mecánica, la Automática, a la que dio gran impulso desde su laboratorio de la ciudad de Madrid.
Leonardo Torres Quevedo fue un español ilustre que descolló en diversas ramas del saber, especialmente en Automática. Múltiples inventos se deben a su genio, entre ellos, el telekino, el transbordador que lleva su nombre, el maravilloso ajedrecista y una armadura funicular para dirigibles.
Hoy nadie se asombra de que una nave, un torpedo o un avión sean dirigidos desde tierra con precisión absoluta y sin que en la maniobra sea necesario el concurso de tripulación alguna. Pero a principios de siglo, esta hazaña era algo portentoso y sin precedentes. Aún se recuerda la sensación que produjeron los experimentos efectuados en la rada de Bilbao con el famoso telekino inventado por Leonardo Torres Quevedo, barquichuelo que pudo ser dirigido a distancia con toda seguridad, con una precisión absoluta de maniobra.
Pocos de los que cruzan por encima del Niágara y contemplan el majestuoso espectáculo con que la Naturaleza regala sus ojos saben que el transbordador que les permite admirar tales maravillas se debe al ingenio del sabio español Leonardo Torres Quevedo, nacido en Santander, que dedicó su incansable actividad y su gran talento a una de las más sorprendentes ramas de la Mecánica, la Automática, a la que dio gran impulso desde su laboratorio de la ciudad de Madrid.
Leonardo Torres Quevedo fue un español ilustre que descolló en diversas ramas del saber, especialmente en Automática. Múltiples inventos se deben a su genio, entre ellos, el telekino, el transbordador que lleva su nombre, el maravilloso ajedrecista y una armadura funicular para dirigibles.
Hoy nadie se asombra de que una nave, un torpedo o un avión sean dirigidos desde tierra con precisión absoluta y sin que en la maniobra sea necesario el concurso de tripulación alguna. Pero a principios de siglo, esta hazaña era algo portentoso y sin precedentes. Aún se recuerda la sensación que produjeron los experimentos efectuados en la rada de Bilbao con el famoso telekino inventado por Leonardo Torres Quevedo, barquichuelo que pudo ser dirigido a distancia con toda seguridad, con una precisión absoluta de maniobra.
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