¿Dónde se encuentra el lago Baikal?

   Al norte de Mongolia, en la Siberia central, en pleno corazón del conti­nente asiático, se encuentra el lago más profundo de todos los conocidos: el Baikal, que rebasa los I 700 metros de profundidad.
   Se le denomina lago, pero bien podría llamársele mar, ya que sus dimensio­nes son impresionantes: 640 kilómetros de longitud y 75 de anchura media. Las tempestades resultan temibles en el Baikal para la flota de pescadores, pero la influencia de la gran masa de agua es beneficiosa para el clima de las regio­nes que lo rodean. Aunque la superficie del lago se halla a 488 metros de altitud, el fondo alcanza profundida­des de 1 253 metros por debajo del ni­vel del mar, lo cual supone una altura absoluta de agua de 1 741 metros. En las sombrías profundidades del Baikal viven curiosos peces ciegos y otras ra­ras especies, cuyo conocimiento y estudio apasiona a los naturalistas.

Lago Baikal

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Miguel de Unamuno, hombre de España

   Unamuno (1864-1936). Ejemplo de paradojas es la vida y la obra de este hidalgo vasco que amó a España sobre todas las cosas y fustigó cuanto creía vicioso o deleznable en la estructura moral de su país. Se llamaba Miguel de Unamuno y Jugo; nació en Bilbao y vivió en Salamanca; nunca pudo callar lo que pensaba y ello le valió persecuciones y dis­gustos: en 1924, fue confinado en la isla de Fuerteventura, una de las Canarias, pero no tardó en huir de allí y establecerse en Hendaya (Francia), muy cerca de la frontera española.
   Unamuno era catedrático de Lengua Griega y conocía como pocos el castellano, muchísimo mejor que su lengua vernácula; pasó lo me­jor de la vida comba­tiendo a la Monarquía y suspirando por la República, para con­vertirse en un terrible fustigador de los go­biernos republicanos de 1931 a 1936. Fue el campeón de la genera­ción del 98 en su críti­ca de la España oficial, adocenada, viciosa e inculta, pero cuando Benedetto Croce habló de la siempre desven­turada España, Unamuno saltó como si hubiera sido picado por un escor­pión y entabló con el filósofo italiano una polémica que acabó en diálogo amistoso.

Mark Twain

   Mark Twain (1835-1910). Cuando Samuel Langhorne Clemens era niño, vivía en la pequeña pobla­ción ribereña de Hannibal (EE. UU.). Esto sucedía en los románticos días en que los barcos de vapor cruzaban el río Misisipí y los niños de la población crecían entre el ruido de la activa vida de la ribera en sus oídos.
   El gran humorista norteamericano nació en la pequeña pobla­ción de Florida, de donde sus padres se trasladaron al activo puerto fluvial de Han­nibal. Allí, creció, ad­quirió los rudimentos de su educación, apren­dió el oficio de impre­sor, y más tarde, se hizo piloto de río. Vio tantas cosas interesan­tes y tantas gentes en sus viajes, que cuando empezó a escribir, su pluma se hizo famosa, pero por su seudónimo, pues su verdadero nombre fue durante mucho tiempo desconocido para sus ad­miradores. Mark Twain significa señala dos brazas, y es expresión usual entre los pilotos del Misisipí al efectuar sondeos.