Sísifo


LA LEYENDA DE SÍSIFO
   En las pro­fundidades del Tártaro tenebroso, Sísifo arras­tra una roca hasta la cima de una montaña, pero antes de alcanzar su propósito, la roca vuelve a caer rodando y él debe empezar de nue­vo su fatigosa tarea, que nunca tendrá fin.
   Sísifo, hijo de Eolo, es el mi­tológico rey de Corinto, llamado "el más astuto de los hombres", conde­nado, según la leyenda griega, a un perpetuo castigo por haber enga­ñado incluso a la Muer­te con sus argucias. Ho­mero en la Odisea y Dante en el Infierno describen los trabajos de este singular personaje mitológico.

Carlos I de España

   Carlos de Habsburgo nació en Gante (Flandes, hoy Bél­gica), en 1500. Pasó su niñez primero en Malinas y luego en Bruselas, bajo la guía de su tía Margarita de Austria.
   El joven príncipe amaba los ejercicios deportivos, y al­ternaba sus estudios con lecciones de esgrima y prolonga­das cabalgatas. Pero bien pronto onerosas responsabilida­des y pomposos honores lo distanciaron de sus distraccio­nes: a los 16 años se vio convertido en rey, y a los 19 en emperador de uno de los imperios más vastos... La tempra­na muerte de sus progenitores y la de sus dos abuelos que reinaban en España y en Austria, respectivamente, lo co­locaron a la cabeza de un inmenso territorio.
   En 1516, a la muerte de su abuelo materno Fernando de Aragón, el príncipe Carlos se convirtió en rey de España y de sus territorios en el Mediterráneo y en el Nuevo Mundo, con el título de Carlos I. Tres años después mu­rió el emperador Maximiliano I, quien de­jó a Carlos, Austria y sus correspondientes posesiones y territorios europeos.

La flor de la siempreviva (perpetua)

   Esta planta cu­riosa debe su nombre al hecho de que sus flores no cambian de color ni de apariencia cuando se secan. Aunque es originaria del norte de África, de Creta y de Asia, es muy conocida en el mediodía de Francia; en esta región, es objeto de grandes cultivos en todas las zonas próximas al Mediterráneo; se utilizan para ello parcelas de tierra rodeadas de un muro de pie­dra, en posición tal, que la planta pueda recoger la mayor cantidad de sol posible. Las flores, que tienen unas brácteas secas, escamosas, de un amarillo in­tenso, se recogen en junio, cuando llegan a su ma­yor desarrollo. Entonces, se limpian cuidadosamente y se separan las que no han llegado a su desarrollo completo. Para que después de cortadas conserven su aspecto, deben ser recogidas en condiciones espe­ciales. Se usan para hacer coronas y guirnaldas, que se colocan en las tumbas como símbolo de inmorta­lidad. También se tiñen en diversos colores y son muy utilizadas con fines ornamentales o decorativos. Los nombres científicos de es­tas plantas son Helichrysum orientale y Helichrysum stoechas; pertenecen a las compuestas.