¿Cuál es la fibra más preciada?


   De todos los tejidos existentes, los más bellos son los de seda. Tienen un hermoso aspecto y producen cuando se tocan una sensación de riqueza que no puede igualar tela alguna. Los tejidos de seda son resistentes y duraderos. Teñidos en vivos colores y hábilmente tejidos, forman bellos diseños; la seda representa el lujo en los tejidos.
   Cada uno de los hilos muy finos o filamentos que forman un tejido de seda ha sido hilado por un gu­sano cuando hacía su capullo. Los gusanos de la seda son animales muy voraces y a la vez muy de­licados. Necesitan comer durante más de un mes un determinado alimento para empezar a hilar sus ca­pullos. Un capullo contiene por término medio un hilo de 600 metros de longitud. Este hilo tiene que ser devanado con mucho cuidado para que no se rompa. La cantidad de tela necesaria para hacer un vestido quizás exija el filamento de 1700 a 2 000 capullos. Todo esto significa que la producción de seda exige largas horas de un trabajo paciente y minucioso de muchos obreros. La producción de seda sólo puede hacerse con rendimiento económico en los lugares donde la mano de obra es relativamente ba­rata. El Oriente ha sido desde hace mucho tiempo el principal productor de seda natural.

Un alga con futuro

   Las algas son las plantas favori­tas de los hombres de ciencia. Crecen rápidamente en el agua y resulta sencillo hacer experimentos con ellas.   Una pequeñísima alga verde, unicelular, llamada Chlorella, quizá llegue a ser uno de los alimentos más importantes del mundo. Chlorella crece como escoria en los estanques. Normalmente se necesitan 200,000 litros de agua para producir un cuar­to de kilo de clorela. Pero los investigadores la alimentan con grandes cantidades de minerales, luz solar y bióxido de carbono. Con ese tratamiento, Chlorella produce hasta un cuarto de kilo por cada cuatro litros de agua.
   Chlorella es una planta muy complaciente. Si el espe­cialista desea una planta rica en grasas, da a Chlorella muy po­co nitrógeno. Cuando ha recogido las plantas y las ha secado, obtiene un polvo color amarillo claro que puede transformar­se en grasas y aceite. Si desea una planta rica en proteínas, alimenta a Chlorella con mucho nitrógeno. Obtiene entonces un polvo verde que puede convertirse en alimento para el ga­nado y las aves de corral.
   Casi todas las cosechas rinden sólo de dos a seis tonela­das por hectárea. Chlorella produce más de cien toneladas por hectárea y sería posible que produjera hasta cuatrocien­tas. No tiene tallos, ni raíces, ni ningún otro desperdicio.
   Ya existen fábricas en las que se cultiva Chlorella en enormes tanques cubiertos. Los hombres de ciencia siguen tratando de encontrarle nuevos usos. Esperan confiados en el día en que grandes fábricas produzcan alimentos a base de algas. Entonces el hombre no dependerá ya exclusivamente de cosechas que pueden perderse a causa del mal tiempo o de las plagas.

Autos de carreras

   Los coches de carreras más rápidos se llaman de Fórmula 1. Se fabrican con materiales especiales (como fibra de carbono) para que sean lo más ligeros posibles; pesan dos veces menos que los demás coches.
   La carrocería es baja y alargada para que no la frene el viento. En ella se puede ver el nombre del piloto y el número que lleva en la carrera.
   En el interior del auto no hay más que un solo lugar: el del pi­loto. El asiento es fabricado sobre medida, según la estatura y la forma del dorso del piloto. Éste va casi acostado en el coche, con las piernas extendidas.
   Los neumáticos, muy anchos (55 cm) y muy separados, dan al coche gran estabilidad, particularmente en las curvas. El alerón situado atrás sirve para que el coche se adhiera al suelo; ese ale­rón, que el piloto puede mover hacia adelante con un mando, refuerza también la frenada.
   Una barra de seguridad impide que el piloto quede aplastado bajo el coche si éste se voltea en un accidente.