Los coches de carreras más rápidos se llaman de Fórmula 1. Se fabrican con materiales especiales (como fibra de carbono) para que sean lo más ligeros posibles; pesan dos veces menos que los demás coches.
La carrocería es baja y alargada para que no la frene el viento. En ella se puede ver el nombre del piloto y el número que lleva en la carrera.
En el interior del auto no hay más que un solo lugar: el del piloto. El asiento es fabricado sobre medida, según la estatura y la forma del dorso del piloto. Éste va casi acostado en el coche, con las piernas extendidas.
Los neumáticos, muy anchos (55 cm) y muy separados, dan al coche gran estabilidad, particularmente en las curvas. El alerón situado atrás sirve para que el coche se adhiera al suelo; ese alerón, que el piloto puede mover hacia adelante con un mando, refuerza también la frenada.
Una barra de seguridad impide que el piloto quede aplastado bajo el coche si éste se voltea en un accidente.