Una dieta saludable contra los coágulos

  El consumo diario de ciertos alimentos puede prevenir la formación de coágulos en las venas, trastorno llamado tromboembolia ve­nosa (TEV) que suele ser letal y entre cuyos factores de riesgo se cuentan los vuelos prolongados y perma­necer hospitalizado o inactivo mucho tiempo. Aunque la TEV se puede prevenir con fárma­cos, expertos de la Universidad de Minnesota y de otras instituciones han encontrado otra manera de ha­cerlo: comer más frutas, verduras y pescado, y menos comida chatarra.
  En un estudio, los investigadores analizaron la ali­mentación de unas 15,000 personas durante 12 años y observaron que quienes comían más frutas, verduras y pescado corrían menos riesgo de padecer de TEV.

Siete supersticiones curiosas


  1. Cuelga la herradura con las puntas para arriba... no vaya a ser que la buena suerte escape por debajo.
  2. Vístete con la ropa del revés. Es un excelente disfraz para im­pedir que la Muerte te reconozca y te elija como víctima.
  3. No te cases en mayo. Los romanos honraban a sus muertos en este mes y es época muy infausta para los amantes.
  4. Después de hablar de buena suerte, da tres golpecitos sobre madera. El significado religioso de la madera proviene de la crucifixión de Cristo en la cruz. 
  5. No cruces los cuchillos sobre la mesa en que comen. Simboliza el entrecruzarse de dagas y espadas en el combate. Además, la composición mágica del hierro tiene el poder de provocar rencillas.
  6. Entra y sal por la misma puerta cuando vayas a visitar un amigo. Si sales un momento de la casa para regresar después, siéntate un momento junto a la puerta y cuenta hasta diez antes de entrar por segunda vez.
  7. No tropieces antes de empezar un nuevo día ni antes de iniciar una nueva aventura. Es de mal augurio para ti y para tus colaboladores. Para contrarrestar el traspiés, da tres vueltas en redondo y dí: «Me doy tres vueltas para echar a la mala suerte.»

¿Cómo captura la drosera los insectos?

Plantas carnívoras: drosera


Droseros significa, en griego, «recubierto de rocío». Y así es como parecen estar, a primera vista, los tallos de esta planta; recubiertos por unas tupidas vellosidades terminadas en unas bolitas brillantes.
Atraídos por el brillo e impulsados tal vez por el deseo de calmar la sed, los insectos se posan en la planta y son atrapados inmediata­mente por las vejlosidades, que se doblan como tentáculos para apri­sionar a las víctimas y estrujarlas hasta provocar su muerte. El cuerpo de los animalitos es pos­teriormente atacado por un líquido, producido por la drosera, que des­compone las proteínas y las trans­forma en substancias asimilables para la planta. La drosera es, por tanto, una planta carnívora que cre­ce espontáneamente en lugares cá­lidos y húmedos, alcanzando una al­tura aproximada de 20 centímetros.