En el país sudamericano de Venezuela, en medio de una gran selva lluviosa se asientan varias mesetas. Estas altas formaciones sobre el terreno se encuentran en una zona tan remota de la selva que se necesitan cuatro días de viaje por agua para llegar a ellas desde la población más cercana.
Una de estas mesetas, llamada Auyantepuy, se eleva a casi un kilómetro de altura. Las fuertes lluvias tropicales se acumulan en estanques y arroyos en la parte superior de la meseta desde donde se desbordan en una caída ininterrumpida de 807 metros hasta el río Carrao. Estas cataratas son las más altas del mundo, conocidas como el Salto Ángel.
Debido a su ubicación en la "selva perdida" de Venezuela, el Salto Ángel no era conocido por el mundo exterior hasta 1935, cuando un buscador de oro norteamericano llamado Jimmy Angel voló su avión sobre el río Carrao. Fue Angel quien descubrió las cataratas, que más tarde fueron nombradas en su honor.
Dos edificios Empire State podrían situarse por debajo de la cascada, uno encima del otro, y ¡todavía habría espacio de sobra!
¿Cuando se construyó la primera bicicleta?
La primera bicicleta, llamada hobby horse (caballito de madera) se fabricó en 1819. Era de madera, no tenía pedales y se empujaba con los pies. La primera bicicleta con pedales para mover la rueda trasera fue el velocípedo, inventado en 1839. Pero la primera bicicleta parecida a las actuales fue la bicicleta de seguridad Rover, construida en 1885 por el ingeniero británico John Starley. Tenía cadena, un bastidor en forma de rombo y dos ruedas iguales con radios.
Antes de 1888 las ruedas de hierro y madera hacían que las bicicletas no fueran muy cómodas. Las modernas, gracias al inventor escocés John Dunlop, llevan neumáticos.
Antes de 1888 las ruedas de hierro y madera hacían que las bicicletas no fueran muy cómodas. Las modernas, gracias al inventor escocés John Dunlop, llevan neumáticos.
¿Hay plantas que comen animales?
Afirmativo. Las plantas que atrapan y comen insectos y otros animales pequeños se les llama plantas carnívoras. Estas plantas carnívoras se encuentran generalmente en zonas donde el suelo no tiene un buen suministro de minerales. Así que las plantas obtienen estos minerales que necesitan de las víctimas que atrapan, por lo general al digerir sus partes blandas.
Algunas de las plantas carnívoras más conocidos son la planta de jarra (nepenthes), la drosera y la dionaea atrapamoscas.
La nepenthes, que se encuentra en el sureste de los Estados Unidos, tiene una flor roja con hojas con forma de tubo o de jarra alargada. Una sustancia dulce alrededor del borde de cada hoja atrae a los insectos, que se introducen en su interior para beber el líquido dulce y pegajoso que llena la jarra. Cuando el insecto trata de salir, descubre que los pelos que apuntan hacia abajo en el interior de la jarra han formado una prisión. Estos pelos son muy fuertes y hasta pueden atrapar pequeños pájaros dentro de la jarra.
La drosera atrapa a los insectos con sus hojas también, pero de una manera diferente. Las hojas de la drosera están cubiertas de pelos que tienen un líquido pegajoso en las puntas. El olor del líquido atrae a los insectos. Cuando un insecto se posa en la hoja, los pelambres pegajosos lo atrapan, a continuación, la hoja entera se cierra sobre el insecto también. La hoja vierte jugos digestivos en el insecto que lo sofocan. El cuerpo de la víctima es digerido por la planta.
La Venus (o dionaea) atrapamoscas, es una planta popular en muchas casas, es más rápida de las tres plantas cuando se trata de atrapar a un pequeño animal entre sus hojas con forma de fauces. Cuando un insecto se posa en la dionaea atrapamoscas, las hojas de la planta se cierran de golpe en una fracción de segundo. Las cerdas en los bordes de las hojas se cierran unas con otras, entonces las hojas aprietan a su prisionero hasta la muerte. Una vez que el insecto es digerido, las hojas se abren de nuevo.
Si no hay insectos alrededor, a la Venus atrapamoscas se le puede alimentar con pequeños trozos de carne o de queso.
Algunas de las plantas carnívoras más conocidos son la planta de jarra (nepenthes), la drosera y la dionaea atrapamoscas.
La nepenthes, que se encuentra en el sureste de los Estados Unidos, tiene una flor roja con hojas con forma de tubo o de jarra alargada. Una sustancia dulce alrededor del borde de cada hoja atrae a los insectos, que se introducen en su interior para beber el líquido dulce y pegajoso que llena la jarra. Cuando el insecto trata de salir, descubre que los pelos que apuntan hacia abajo en el interior de la jarra han formado una prisión. Estos pelos son muy fuertes y hasta pueden atrapar pequeños pájaros dentro de la jarra.
La drosera atrapa a los insectos con sus hojas también, pero de una manera diferente. Las hojas de la drosera están cubiertas de pelos que tienen un líquido pegajoso en las puntas. El olor del líquido atrae a los insectos. Cuando un insecto se posa en la hoja, los pelambres pegajosos lo atrapan, a continuación, la hoja entera se cierra sobre el insecto también. La hoja vierte jugos digestivos en el insecto que lo sofocan. El cuerpo de la víctima es digerido por la planta.
La Venus (o dionaea) atrapamoscas, es una planta popular en muchas casas, es más rápida de las tres plantas cuando se trata de atrapar a un pequeño animal entre sus hojas con forma de fauces. Cuando un insecto se posa en la dionaea atrapamoscas, las hojas de la planta se cierran de golpe en una fracción de segundo. Las cerdas en los bordes de las hojas se cierran unas con otras, entonces las hojas aprietan a su prisionero hasta la muerte. Una vez que el insecto es digerido, las hojas se abren de nuevo.
Si no hay insectos alrededor, a la Venus atrapamoscas se le puede alimentar con pequeños trozos de carne o de queso.
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